Estos retiros, que ofrecemos cada año desde 2004, están destinados para profesionales en activo a los que se propone ofrecer un espacio en el que mirar a la luz del Evangelio lo que hacen y lo que les pasa en sus trabajos profesionales (o en el paro).
miércoles, 23 de diciembre de 2015
Formulario de Inscripción en los Retiros de Profesionales
Por favor, para inscribirte en el Retiro, rellena este formulario para el
Retiro a Profesionales y envíalo cumplimentado a: retiroprofesionales@gmail.com
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E-mail: smariagalapagar@planalfa.es
https://goo.gl/maps/YinCpuK5hQ82
Retiros a Profesionales: La recuperación de la perspectiva cristiana del mundo profesional
Publicado
en: Razón
y Fe, Septiembre 2013
El pasado 1 y 2
de febrero tuvimos la décima edición de los retiros destinados a profesionales
(en lo sucesivo, retiro). El retiro que ofrecemos cada año desde 2004 está
destinado a profesionales en activo a los que se propone ofrecer un espacio en
el que mirar a la luz del Evangelio lo que hacen y lo que les pasa en sus
trabajos profesionales (o en el paro). En las siguientes líneas me propongo
describir lo que ha sido esta experiencia a lo largo de estos años.
El formato del
retiro.‐
La elección del
tema del retiro y su posterior tratamiento comienza con la sugerencia que hacen
algunos de los asistentes que llevan más tiempo acudiendo a estos encuentros.
Los dos jesuitas que se encargan del retiro hacen una labor conjunta de reflexión
y discernimiento sobre la oportunidad de algunos de los temas sugeridos y finalmente
escogen aquél que, por el contexto actual, demanda una mayor atención y respuesta.
El formato de
estos retiros tiene algo de inusual: se trata de un retiro de 24 horas intensas
que empieza un viernes después de cenar y finaliza el sábado por la tarde noche
con una eucaristía. Con este formato exprés se pretende que los profesionales jóvenes
con hijos pequeños no prescindan de todo el fin de semana para el retiro y se les
facilite estar con sus familiares el domingo.
El buen clima de
comunicación del retiro queda garantizado con la puesta en común inicial que
tiene lugar en el encuentro del viernes por la noche. A la luz del tema del retiro,
cada asistente expone las motivaciones y las preocupaciones que traen al
retiro. Aunque muchas de esas motivaciones son muy recurrentes entre ellos, la
diversidad de escenarios profesionales enriquece su tratamiento.
La jornada del
sábado comienza con una oración comunitaria muy contextualizada al tema.
Después del desayuno uno de los jesuitas que acompaña el retiro ofrece una orientación
para la oración personal de la mañana y un cuestionario para la posterior puesta
en común. En la tarde el otro jesuita procede del mismo modo. El retiro culmina
con la eucaristía final.
Los temas que se
han ido tratando cada año han sido los siguientes:
2004: Trabajo y
testimonio cristiano.
2005: Los
agobios en el trabajo.
2006: Las
relaciones en el trabajo: jefes y compañeros.
2007: Dios en
nuestras historias profesionales.
2008: ¿A quién
servimos en el trabajo?
2009:
Profesionales en tiempos inciertos.
2010: La verdad
en el trabajo.
2011: Vivir con
la incertidumbre.
2012:
Profesionales que dan ejemplo. Ejemplos que dan esperanza.
2013:
Profesionales creyentes y creíbles.
El número de
asistentes ronda las 25‐30 personas en cada edición, teniendo en cuenta que el
límite de las 30 personas obedece al espacio disponible y a la necesaria
agilidad para el desarrollo del retiro. Algunos de los presentes ya han
asistido a ediciones anteriores, otros son nuevos. Han sido convocados desde la
Red Ignaciana, aunque inicialmente las convocatorias se hicieron desde nuestra
parroquia de San Francisco de Borja, en Madrid. El retiro tiene lugar en una
casa de ejercicios espirituales a las afueras de Madrid.
Por estas
ediciones del retiro han pasado personas procedentes de una gran variedad de
profesiones: profesores de universidad, profesores de colegios e institutos, funcionarios
de ministerios, profesionales del mundo de la sanidad, economistas, ingenieros,
abogados, farmacéuticos, arquitectos, informáticos, biólogos, trabajadora social,
controlador aéreo, trabajadora de empresa de grande superficie, técnico de banca,
traductora y profesora de idiomas.
Somos dos (hemos
llegado a ser tres) los jesuitas comprometidos con esta experiencia. Tenemos en
común no sólo que somos jesuitas sino que por diversos motivos habita en
nosotros una sensibilidad despierta hacia el mundo de las profesiones.
Los antecedentes del
retiro.‐
En el 2003,
varias personas del mundo de la sanidad expresaron a distintos jesuitas sus inquietudes
a la hora de afrontar muchos casos controvertidos que surgían en sus trabajos
cotidianos en hospitales y clínicas. Para ello, pidieron la creación de un espacio
para el encuentro periódico donde se pudieran tratar asuntos propios del mundo
sanitario desde la ética y la antropología cristiana. Decidimos reunirnos mensualmente
un sábado por la mañana en uno de nuestros locales de la calle Maldonado.
Dichos encuentros duraron el equivalente a dos cursos académicos.
Al cabo de los
dos años se pensó que ya se había alcanzado un caudal de confianza suficiente
para convocar al grupo sólo en el caso de que surgiera algún asunto para ser tratado
como fueron tratados los anteriores y, por tanto, ya no había necesidad de reunirse
periódicamente. Por otro lado, la experiencia fue muy enriquecedora y nos pareció
que era hora de exportarla a otros campos profesionales, pero en otro formato.
Y pensamos que el formato inicial más atrayente era el retiro de 24 horas.
Los jesuitas que
acompañamos estos encuentros fuimos descubriendo un papel algo distinto a lo
que en un principio se esperaba de nosotros. Dicho de una manera sucinta: en
lugar de dar respuestas a las cuestiones que surgían en el curso de los encuentros
(muchas de las cuales nos superaban), ayudábamos a los asistentes a buscar
juntos vías de solución a los temas tratados. Esto hacía que cada asistente considerara
el encuentro como algo suyo.
El espíritu del
retiro.‐
Un escrito
apologético cristiano de autor anónimo, “Carta a Diogneto”, que se estima pudo
ser escrito a finales del siglo II o comienzos del III, dice:
“Los cristianos
no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su
lenguaje, ni por su modo de vida. Ellos, en efecto no tienen ciudades propias,
ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su
sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de
hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad
de hombres. Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte,
siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en
todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida
admirable y, a juicio de todos, increíble” (De la Carta a Diogneto, Cap. 5‐6; Funk
1, 317‐321).
Es decir, los
profesionales cristianos son como todos los profesionales (en esto no se distinguen
de los demás), pero la perspectiva de su profesión es otra que se concreta en
su fe cristiana. Una perspectiva que desemboca en un “tenor de vida” distinto.
Y lo que se busca en estos retiros es la recuperación de este tenor.
Para enmarcar los
temas tanto en la mañana como en la tarde del sábado, los jesuitas ofrecemos
unas sugerencias en clave de espiritualidad ignaciana: Dios habita y actúa en
el mundo y buscamos cooperar con Dios desde la profesión. Aquí cobra sentido lo
que el Concilio Vaticano II dice: "Los hombres y mujeres que, mientras
procuran el sustento para sí y su familia, realizan su trabajo de forma que
resulte provechoso y en servicio de la sociedad, con razón pueden pensar que
con su trabajo desarrollan la obra del Creador, sirven al bien de sus hermanos
y contribuyen de modo personal a que se cumplan los designios de Dios en la
historia." (Constitución pastoral Gaudium et Spes, nº 34).
El retiro tiene
como objetivo que el profesional se vea con otros profesionales en ese escenario
(trascendente) para que su modo de proceder (inmanente) en el futuro sea conforme
a los valores del evangelio, no como un ejercicio voluntarista sino como fruto
de la misteriosa gracia que Dios concede a quienes buscan su reino y su
justicia.
El ambiente en
las puestas en común es de auténtica escucha al otro, no sólo en lo que dice
sino en lo que quiere decir. Todos finalizamos la puesta en común con la sensación
de haber aprendido mucho en este intercambio cordial de aquello que se ha vislumbrado
en el rato de oración personal.
El futuro del
retiro.‐
Presentación y Bienvenida
Desde hace varios
años, un grupo de jesuitas y laicos venimos organizando un retiro para
cristianos que quieren orar y reflexionar sobre su vida específicamente
profesional. Tocamos muchos temas que se
refieren a la profesión. Para que os
hagáis una idea os citamos
algunos: Los agobios en el trabajo: El tiempo (2005), Las relaciones en el trabajo:
jefes y compañeros (2006),
¿A quién servimos en el trabajo? (2008), Trabajo en tiempos de crisis (2009),
La verdad en el trabajo (2010), Vivir con la incertidumbre
(2011), El ejercicio profesional a la luz del evangelio (2015). La motivación
del tema del año la encontraréis en el tríptico con el que se presenta cada edición. Se organiza una única sesión anual.
El retiro tiene un formato rápido (24h) e intenso. Se hace pensando en que muchos de
vosotros tenéis familia y queréis dedicar el resto del fin de semana a estar con
ellos. Se respira un ambiente cercano que los participantes valoran muy positivamente.
Comenzamos un viernes a las 20h y terminamos el sábado a la misma hora. La primera noche, tras la
cena, nos reunimos todos para presentarnos y poder expresar libre y brevemente el motivo que nos ha traído al retiro. Esta reunión del viernes por la noche es tan
importante, que si alguno no puede llegar para participar, le invitamos a intentarlo de nuevo en la próxima edición.
El sábado, tras el desayuno,
se ofrece la orientación de la mañana para la oración y reflexión personal. Después nos reunimos por grupos para compartir antes de comer. A las 16h se ofrece la orientación de la tarde para la oración y reflexión personal y
terminamos a las 19h con la eucaristía (que corresponde litúrgicamente a la
del domingo).
Los participantes son cristianos profesionales en activo de muy diferentes ámbitos: profesores, funcionarios, ejecutivos, jueces, economistas, abogados, ingenieros, médicos, empresarios, investigadores, etc.
Cada año el grupo surge espontáneamente. Hay participantes reincidentes, otros acuden por primera vez. Se suele formar un grupo en el que hay profesionales en momentos muy diferentes de sus carreras. La diversidad resulta siempre una riqueza en estos encuentros.
Las plazas son
limitadas (30 ó 35, dependiendo de la capacidad de la casa en la que nos alojemos) y casi siempre hay lista de espera. Para participar hay que rellenar el formulario de solicitud de plaza que se encuentra en el tríptico de presentación del retiro del año. La organización irá revisando las solicitudes y confirmando las plazas por riguroso orden de inscripción, una vez verificada la disponibilidad de habitaciones.
Para contactar con la organización o solicitar el enlace activo al formulario de solicitud de plaza, escribid a retiroprofesionales@gmail.com y se os contestará tan pronto como sea posible.
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